Cuando el pasado se hace presente.

Recuerdo haber tenido unos 13 años, cuando lo único que quería era salir del colegio y mandarme cambiar de mi casa, de mi ciudad e “independizarme”. Conocer el mundo. Y así fue…Salí del colegio y me fui a estudiar a la capital (jajá), y me di cuenta de que el mundo no era tan bonito como yo creía y que esto de “independizarse” no era tan entretenido como yo pensaba y que además, vivir lejos de la familia no era tan cool como yo creía. (Aun que vivía con dos grandes amigos). En momentos así (o por lo menos yo) uno se pregunta si está preparado para tal acontecimiento y no se das cuanta cuando “maduras” y te cambia la visión de muchas cosas y que todo lo que “odiaste” lo empiezas a valorar y te sorprendes cuando te escuchas a ti mismo diciendo “pagaría lo que fuera por volver a esos tiempos”…

Tengo la imagen fija de mi abuelo, sentado en su sillón mirando las noticias. Era algo cotidiano, como también lo eran las “reuniones familiares” en la parcela…donde tenia que ir obligado por que no me podía quedar solo en la casa, y me aburría tanto que andaba enojado casi todo el día, pero siempre encontraba una maldad que hacer para entretenerme. Eran tiempos en que de verdad lo único que quería era “emigrar”. Ahora, cada vez que creo que todo esta mal y empiezo a “odiar” un poco las cosas y a enojarme conmigo mismo por esa misma razón, emigro hacia el norte…a Ovalle, donde esta la gente que quiero, el aire que quiero y el agua mas rica del mundo!…el mismo lugar del que quería escapar por que no lo aguantaba y me aburría de sobremanera. ¿Casualidad? O solo es la afirmación de esa canción de Juanes que dice…” nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes” (o mas bien hasta que lo dejas). Que se yo. Bueno me voy…mi abuela me golpeo la puerta y me aviso que el té esta listo.